El término disgrafía se remonta a principios del siglo pasado y se refiere a un trastorno relacionado con la escritura en relación con el tamaño de las letras, la distancia entre las letras y la ortografía.
Las personas con este trastorno muestran habilidades de escritura por debajo del promedio en relación con la edad, el coeficiente intelectual y el nivel de educación.
Disgrafía es un término compuesto por dos palabras griegas: “Dys” que significa “dificultad con” o “pobre” y “graphia” o escritura, por lo tanto, nos referimos a una dificultad con la escritura.
Inicialmente, en 1940, esta patología se definió agrafia, un término creado por el médico austríaco Josef Gerstmann. Posteriormente, H. Joseph Horacek, en su libro Brainstorms, describió el proceso de escritura no cómo caracterizado por una incapacidad total para escribir, sino por la presencia de deficiencias en el campo de la escritura. En este caso, la persona afectada por esta patología no muestra ni un trauma cerebral, lo que puede justificar la problemática manifestada, ni una pérdida total del uso de la escritura, para lo cual fue algo diferente de la escritura. Por lo tanto, era necesario hacer una diferenciación: con la agrafía indica la pérdida de escritura como resultado de un ataque al corazón o un trauma cerebral, mientras que en la disgrafía la escritura se mantiene pero tiene anomalías y afecta a jóvenes, adultos y niños.
Disgrafía: diagnóstico
Los signos de disgrafía a menudo aparecen durante los primeros años de la escuela primaria, pero los signos se hacen evidentes en la escuela intermedia o secundaria. A menudo, como siempre, un diagnóstico precoz ayuda a salir del problema primero. Los psicólogos especializados, en algunos casos, incluidos los psicólogos escolares, pueden llevar a cabo el diagnóstico de disgrafía siempre que estén adecuadamente especializados en trastornos del aprendizaje. El diagnóstico se llevará a cabo mediante pruebas adecuadamente seleccionadas para medir las habilidades motoras y la producción de la escritura. Durante el examen, el profesional puede pedirle al niño que escriba oraciones o que copie un texto. Además, se evaluará la postura, al igual que el lápiz, la fatiga, si hay dolores musculares y la velocidad de producción de un texto.
Disgrafía: tratamiento
El tratamiento para la disgrafía varía y puede incluir ejercicios motores, para fortalecer el tono muscular, mejorar la destreza y la coordinación ojo-mano, y el control de la escritura a mano, así como tratamientos relacionados con la memoria o ejercicios neuropsicológicos. Se recomienda el uso de la computadora sobre el papel. A menudo dirigido a una rehabilitación neuropsicológica cognitiva y motora, se flanquean las reuniones con un psicoterapeuta adyuvante para mejorar el bienestar del niño.
Disgrafía: consecuencias
El impacto de la disgrafía en el desarrollo del niño varía según los síntomas y su gravedad. Los niños con disgrafía pueden retrasarse en el trabajo escolar, tardan mucho tiempo en escribir y tomar notas y, por lo tanto, pueden desanimarse y evitar tareas donde se requiere el uso de la escritura. Además, las habilidades motoras de algunos niños disgráficos son muy débiles y por eso luchan en las actividades diarias, como abotonarse las camisas o atarse los zapatos.
Los niños con disgrafía pueden sentirse frustrados o ansiosos porque siempre se sienten fracasados en la vida en comparación con sus compañeros. Además, si los maestros los consideran flojos o descuidados, podrían desarrollar una variedad de problemas mentales como baja autoestima, ansiedad, malos pensamientos recurrentes y depresión. Todo esto, a la larga, podría conducir al aislamiento social y problemas con el grupo de pares.
Disgrafía: como intervenir
Si el niño tiene disgrafía, un equipo de maestros y especialistas escolares podrá incluirla en un programa educativo individualizado, que puede incluir el aprendizaje intensivo de la escritura y los ejercicios motores. No existe un medicamento para el tratamiento de la disgrafía.
Ayuda en casa: Hay muchas maneras en que usted puede ayudar a su hijo con la escritura.
Estas son algunas:
- Aprenda un ejercicio de dibujo para mejorar la escritura a mano.
- Escuche a un experto explicar cómo usar el software de dictado en un dispositivo móvil.
- Encuentre herramientas que pueden ayudar con la disgrafía.
- Vea un video sobre cómo diferentes sujetadores de lápiz podrían ayudar a su hijo.
- Pruebe técnicas multisensoriales para la enseñanza de la escritura a mano.
- De todas las maneras en que usted puede ayudar, una es especialmente importante. Mostrar a su hijo que usted está ahí para ayudarlo y brindarle el tipo de reconocimiento adecuado puede desarrollar su autoestima y seguridad en sí mismo. También puede ayudar a que su hijo siga motivado en mejorar sus destrezas para escribir.
Por último, pero no menos importante, elogiar al niño por el esfuerzo que se necesita para lograr el resultado puede motivarlo a continuar mientras mantiene alta su autoestima.