El silencio y la tranquilidad en las aulas suelen ser indicativos de que se está aprendiendo. Esto suele ser cierto en muchos casos, por supuesto, pero hay algunos inconvenientes en estas clases de lectura tranquila: no son interactivas y la interacción entre estudiantes y estudiantes y el profesor conduce a un mayor procesamiento del material y, por lo tanto, a un mayor aprendizaje.
Además, es difícil o imposible evaluar el aprendizaje sin hablar un poco; de hecho, es difícil saber si los estudiantes en un salón de clases silencioso están leyendo y no soñando despiertos o ¡realmente se están quedando dormidos! Finalmente, estas clases tranquilas no interactivas a veces son aburridas y el aburrimiento no es un incentivo para que los estudiantes vayan a clase y aprendan.
Sin embargo, existen varios métodos para abordar estas preocupaciones en las clases de lectura, haciéndolas interactivas.
Las 10 mejores prácticas para mejorar la comprensión lectora
1-Evalúa el nivel.
Conocer el nivel de lectura de tus alumnos es importante para elegir los materiales.
La lectura no debe ser demasiado difícil, hasta el punto en que los estudiantes no puedan entenderla y, por lo tanto, beneficiarse de ella.
Si los estudiantes no entienden la mayoría de las palabras de una página, el texto es demasiado difícil para ellos. Por otro lado, si el estudiante entiende todo en la lectura, no hay desafío ni aprendizaje.
Así que debes evaluar el nivel de tus alumnos dándoles pasajes cortos de lectura de diversos grados de dificultad. Esto podría ocupar la primera semana de clase.
Entrega un pasaje que creas que está al nivel aproximado de los estudiantes y mantén una breve discusión, haz algunas preguntas y define algo de vocabulario para determinar si el pasaje está al nivel adecuado. Si es demasiado fácil o demasiado difícil, ajusta el pasaje de lectura y repite el procedimiento hasta alcanzar el nivel óptimo de los estudiantes.
2-Elige el nivel correcto de madurez.
Si bien es importante que el material no sea ni demasiado difícil ni demasiado fácil, un texto también debe estar al nivel de madurez del estudiante; por ejemplo, es inapropiado dar cuentos para niños a estudiantes adultos o adolescentes. Sin embargo, hay versiones editadas de material para adultos, como novelas clásicas y populares, para estudiantes, que mantendrán su interés mientras desarrollan habilidades de lectura.
3- Elige material interesante.
Descubre el interés de tus alumnos. A menudo dentro de una clase hay temas comunes de interés: la medicina, la astronomía, la robótica, por ejemplo.
Si quieres que tus alumnos mejoren la comprensión lectora, pregunta a los estudiantes sobre sus intereses en los primeros días de clase y recopila material de lectura que coincida con esos intereses. Enseñar a leer con textos sobre estos temas aumentará la motivación de los estudiantes para leer y, por lo tanto, garantizará que lean y mejoren la comprensión lectora.
4- Construye conocimiento de fondo.
Antes de iniciar la lectura de clásicos, como por ejemplo El Quijote, es importante que anticipes qué referencias culturales podrían necesitar que se expliquen o discutan los estudiantes para mejorar su comprensión lectora. Una discusión antes de la lectura sobre sus temas construye el conocimiento previo y la comprensibilidad del texto, así como te da una idea de dónde se necesita desarrollar el conocimiento previo de los estudiantes. Es importante que anticipes qué referencias culturales podrían necesitar que se expliquen o discutan.
5- Explica los diferentes tipos de textos.
La forma narrativa es familiar para la mayoría de los estudiantes. Además, es popular entre los profesores. Es fácil de enseñar: hemos estado leyendo y escuchando historias la mayor parte de nuestras vidas. Sin embargo, informes, cartas comerciales, cartas personales, artículos y ensayos también son géneros que los estudiantes tendrán que comprender al salir de la escuela y entrar al mundo laboral.
Entendemos el patrón discursivo de una historia: es decir, su patrón de organización. Está relacionado cronológicamente, en su mayor parte; está en el pasado con formas verbales en tiempo pasado; está estructurado en torno a una serie de eventos cada vez más dramáticos que llegan a un clímax o punto culminante, y así sucesivamente. El patrón discursivo de un ensayo, por ejemplo, puede ser menos familiar pero aún importante para comprender el texto que se construye alrededor de una serie de temas relacionados con una idea o tesis principal. Conocer el patrón del discurso le permite al lector saber qué esperar y, por lo tanto, aumentar la comprensión lectora.
6- Trabaja en grupos.
Trabajar en grupo significa leer en voz alta, discutir el material, hacer preguntas y respuestas, etc. Además, proporciona la interactividad necesaria para aumentar la motivación y el aprendizaje. Los estudiantes pueden elegir sus propios grupos o se les puede asignar uno, y los grupos pueden variar en tamaño.
7- Haz conexiones.
Haz conexiones con otras disciplinas, con el mundo exterior, con otros estudiantes u organiza excursiones sobre el tema. Ayuda a los estudiantes a ver el valor de la lectura al conectar la lectura con el mundo exterior.
8- Sigue trabajando la lectura.
Con demasiada frecuencia completamos una lectura y luego no la repasamos. Sin embargo, las actividades relacionadas con el vocabulario, la gramática, las preguntas de comprensión lectora y la discusión aumentan el procesamiento de la lectura y potencian el aprendizaje de los estudiantes.
9- Evalúa informalmente.
Una manera de evaluar informalmente puede ser discutir la lectura. ¿Muestra la discusión que realmente entienden el texto? Otros medios de evaluación informal pueden ser encuestas cortas u hojas de preguntas.
10- Evalúa formalmente.
También puedes evaluar formalmente. El ensayo sobre una lectura (escribir sobre algún aspecto de El Lazarillo de Tormes, por ejemplo) demuestra el control del material de lectura, ya que el estudiante realmente necesita comprender el material para escribir sobre la metáfora extendida de la lectura.
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