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La grafomotricidad y el trazo infantil: la importancia de dominarlos

La grafomotricidad es la habilidad motora de escribir y dibujar que se aprende desde pequeños. Esta habilidad está contemplada dentro de la motricidad fina, la cual aparece cuando se desarrollan los músculos de la mano y del brazo.
Cuando envejecemos, usamos la motricidad fina en varias áreas de nuestra vida. Por ejemplo, leer y escribir, recortar con tijeras, doblar la ropa y coser.

Estas acciones requieren de una gran precisión y atención al detalle, por lo que al llevarlas a cabo, nos permiten detectar nuestro nivel de motricidad fina, de coordinación y de fuerza muscular.

¿Cuándo y cómo se desarrolla la grafomotricidad?

Para aprender a controlar el trazo infantil es importante pasar por etapas previas que permitan a los niños y niñas aprender progresivamente.

La primera etapa se desarrolla a los 18 meses, donde los niños dibujan rápido y sin control en forma de garabatos rectos.

A los 20 meses se introducen los músculos del codo para dibujar con más precisión y empiezan a dibujar con líneas circulares

Entre los 20 meses y los 2 años es importante ir introduciendo diferentes utensilios, menor a mayor dificultad de agarre: esponjas, tizas más gruesas, pinceles, ceras y lápices para que a los 2 años y medio se empiece a mostrar más independencia en el trazado. 

A partir de los 3 años los niños ya controlan con los ojos el trazado que hacen, controlan el movimiento, no se salen de la hoja y le dan un valor o un nombre al dibujo. En esta etapa empiezan educación infantil y muchos dibujos los hacen durante las horas lectivas. Aun así, debemos animarlos a hacerlo también en casa con, por ejemplo, algún cuaderno de grafomotricidad para empezar a aprender a escribir las letras.

A los 4 años piensan qué quieren dibujar o poner en práctica y hacen la intención de plasmarlo en una hoja de papel. En esta etapa se pueden introducir fichas para aprender a leer y escribir o mejorar las letras aprendidas con un cuaderno de
caligrafía.

A partir de esta última etapa, se empieza a perfeccionar el grafismo. Esta evolución va unida a la madurez del niño o niña y no a la edad que tienen.


Practicar la Grafomotricidad

Algunas actividades que te sugerimos para practicar la grafomotricidad con tu hijo son: repasar las letras del abecedario en letras mayúsculas, ya sea con el dedo o escribir las letras en el papel; hacer lo mismo con los números y con diferentes formas básicas como el cuadrado, la redonda, el triángulo…

En Editorial Edarca te ofrecemos varias colecciones de cuadernos de caligrafía con fichas de grafomotricidad y fichas de caligrafía que mejoran el aprendizaje de la lectoescritura.

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