Los problemas de matemáticas pueden ser complicados para muchos alumnos, pero es muy importante para su futuro que sea capaz de dominarlos. Después de todo, en el mundo real, la mayoría de las matemáticas se presentan a diario en situaciones cuotidianas: “Si un bote de pintura cubre 7 metros cuadrados y mi pared mide 6 por 2,5 metros, ¿cuántos botes necesito?” “Esta camisa cuesta 42€, pero está rebajada con un 35% de descuento. Entonces, ¿cuánto voy a pagar?”
Este podría ser el consejo más importante de todos. Los problemas de matemáticas con enunciados se deberían practicar a diario, especialmente para entre los alumnos de primaria. Siempre que sea posible, utiliza problemas con enunciados cada vez que quieras enseñar una nueva habilidad matemática. Aún mejor: lee cada día un nuevo problema de matemáticas que pueda resultar cómodo para resolver a tus hijos.
El profesor Robert Kaplinsky pidió a sus 32 alumnos de sexto que respondieran este absurdo problema de matemáticas: “en un rebaño hay 120 ovejas y 5 perros. ¿Cuántos años tiene el pastor?”
Solo el 25% de ellos se dio cuenta de que no tenían la información correcta para responder la pregunta real; el otro 75% dio una variedad de respuestas numéricas que incluían sumar, restar o dividir los dos números. Eso nos dice que los niños realmente necesitan ayuda para identificar la pregunta real que se les hace antes de continuar.
Divide en 4 tareas la resolución del problema de matemáticas y escríbelas en una hoja para que sirva de pauta para cada ocasión. Este sistema ayuda a comprender los enunciados de los problemas y no saltarse ningún paso importante para su ejecución. Os dejamos un ejemplo aquí:
Si es posible, anima a representar el problema con dibujos, modelos o diagramas, esto ayuda a los alumnos a entender el problema más fácilmente trasladándolo a un escenario más real.
¿Te han gustado estas ideas para mejorar la resolución de problemas de matemáticas? Ahora es el momento de ponerlo en práctica. Recuerda que en nuestra tienda web tienes una amplia gama de cuadernos de matemáticas para todas las edades. Puedes consultarlos aquí.
La grafomotricidad es la habilidad motora de escribir y dibujar que se aprende desde pequeños. Esta habilidad está contemplada dentro de la motricidad fina, la cual aparece cuando se desarrollan los músculos de la mano y del brazo.
Cuando envejecemos, usamos la motricidad fina en varias áreas de nuestra vida. Por ejemplo, leer y escribir, recortar con tijeras, doblar la ropa y coser.
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