tecnologia-en-el-aula

¿Favorece el aprendizaje la presencia de tecnología en el aula?

El pasado mes de julio, la UNESCO, presentaba un informe: Informe de seguimiento de la educación en el mundo de 2023 en el que alertaba del uso excesivo de la tecnología en la educación. Indicaba que, a pesar de existir ventajas, también hay riesgos que muchas veces no se tienen en cuenta y que frenan, incluso van en declive del proceso educativo. Los beneficios que aportan, desaparecen si la tecnología se usa en exceso o si no existe la presencia de un maestro.

Según este estudio, el uso de ordenadores y smartphones interrumpe el aprendizaje de los niños y jóvenes, tanto en el colegio como en sus casas.

tecnologia-en-aulas

Un análisis que abarcaba a 14 países destacó efectos negativos en la relación entre el uso de móviles y los resultados educativos. El declive se atribuyó sobre todo a la creciente distracción y al tiempo dedicado a actividades no académicas durante las horas de estudio.

Las notificaciones, incluso la mera proximidad a un móvil pueden ser motivo de distracción, haciendo que dejen de prestar atención a la tarea. Otra de las problemáticas que hallaron era que, al involucrarse en actividades no relacionadas con el ámbito educativo, hacía que perdieran la capacidad de recordar y comprender la información. De hecho, en alguno de los casos, el volver a reincorporarse a la tarea, les llevaba hasta 20 minutos, lo que hacía que su productividad disminuyera.

Varios informes avalan el uso limitado de la tecnología en el aula

Pero estas informaciones no son nuevas, ya en 2018, el informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) ya relacionaba negativamente el uso excesivo de la tecnología y el rendimiento en las aulas.

Este informe indicaba que el uso moderado de las TIC podía tener un resultado positivo en lectura, ciencias y matemáticas. En cambio, cuando se hacía un uso intensivo, es decir, mayor a “alguna vez por semana” se mostraba una disminución en las aptitudes académicas.

El informe de la UNESCO afirmaba también, que el uso de la tecnología incrementa la propensión a sufrir efectos negativos en la salud física y mental, lo que afecta al rendimiento escolar, de acuerdo con el informe.

El debate no ha hecho más que empezar y cada vez son más los países que están vetando el uso de móviles y otros dispositivos en los colegios. De hecho, la UNESCO reivindica que la educación debería centrarse en la interacción humana. También invita a los países a debatir cuánto espacio queremos que ocupe la tecnología en el aula.

¿A qué conclusiones llegamos?

Después de este informe, como profesores, ¿a qué conclusiones llegamos?, ¿cómo podemos tomar decisiones sobre qué medios elegimos (y cuántos) para nuestros estudiantes durante el tiempo de clase?

La cantidad de medios digitales que utilicemos en el aula (y cómo los utilicemos) debería depender en gran medida de las edades de los alumnos y de lo que estemos enseñando. En general, aunque los pequeños no deberían interactuar tanto con los medios digitales, los estudiantes de la ESO podrían usarlos un poco más. Algunos temas como mecanografía, codificación o informática obviamente dependerán más de las pantallas. Otras actividades como leer, por ejemplo, a veces se pueden realizar en una pantalla, aunque es posible que no ofrezcan ningún valor añadido. En general, es esencial pensar si los medios y la tecnología digitales mejoran el aprendizaje de los estudiantes o incluso le restan valor.

tecnologia-en-las-aulas

Ya sea que enseñemos lengua o cualquier otra materia, es importante considerar cómo la lectura en una pantalla (frente a la lectura en papel impreso) puede afectar a la comprensión lectora y el desarrollo de la alfabetización de los estudiantes. La mayoría de las investigaciones se inclinan hacia que los estudiantes de todas las edades tienden a comprender más de lo que leen cuando está en papel que en una pantalla.

¿Qué significa esto para los profesores?

Entonces, ¿qué significa esto para los profesores? Si ofrecemos a los estudiantes un texto en formato digital, consideremos el contexto y hagámonos preguntas como:

¿Qué tipo de dispositivo y plataforma utilizarán los estudiantes para acceder al texto? ¿Las distracciones están a solo un clic de distancia? ¿La plataforma tiene características para mejorar la comprensión de los estudiantes? ¿Tiene opciones de accesibilidad para todos los estudiantes? ¿Ofrece a los estudiantes recomendaciones personalizadas para otros textos de interés o enriquece de alguna otra manera la experiencia de lectura de los niños? Si no es así, ¿podría ser más útil leer el texto impreso?

Como docentes de hoy, tenemos muchos medios digitales y muchas herramientas digitales a nuestra disposición. Pero lo que a menudo falta es una reflexión más profunda del por qué y el cómo: los aspectos prácticos de la integración tecnológica y la planificación de la instrucción. Sí, podemos incorporar una herramienta digital, pero ¿eso significa que será efectiva para el aprendizaje de los niños?

El modelo SAMR

El modelo SAMR, desarrollado por el Dr. Rubén Puentedura, ofrece un marco que puedes utilizar para pensar críticamente sobre cómo estamos integrando los medios digitales y la tecnología en nuestras clases. La S, A, M y R significan Sustitución, Aumento (mejora), Modificación y Redefinición.

Sustitución

Significa simplemente reemplazar actividades y materiales tradicionales por versiones digitales. Por ejemplo, supongamos que convertimos las hojas de trabajo de vocabulario y gramática en archivos PDF, las publicamos en Google Drive y también pedí a los estudiantes que enviaran allí las hojas de trabajo completadas. En este caso, la instrucción y el aprendizaje de los estudiantes no se altera mucho, ya que ocurre de la misma manera, solo que online.

Mejora

Significa incorporar mejoras y elementos digitales interactivos al contenido de aprendizaje. Para ampliar una clase de vocabulario y gramática, por ejemplo, se puede pasar la hoja de trabajo a Google Docs. Los estudiantes pueden editar el documento y hacer el trabajo en línea. También, como profesor, puedes agregar enlaces a videos útiles u otros recursos sobre el uso de comas, directamente en el documento. En este caso, hemos utilizado la tecnología para aumentar, pero no cambiar, el contenido de la lección.

Modificación

En este caso, una herramienta digital transforma las tareas de aprendizaje en algo más de lo que eran originalmente. Por ejemplo, en lugar de completar las hojas de trabajo solos, el profesor podría dar a los estudiantes una tarea colaborativa, como comentar el documento de Google de un compañero con preguntas, ideas o sugerencias. O incluso podría pedir a los estudiantes que utilicen una herramienta de debate online, para crear y compartir sus propias estrategias de aprendizaje de vocabulario, que luego podrían compartir con la clase.

Redefinición

Las herramientas digitales permiten una reinvención completa de la actividad de aprendizaje. Imagina a los estudiantes que se conectan para conversar sobre la elección de palabras para una redacción, como parte de la investigación y la creación de sus propias listas de vocabulario para estudiar.

Como podemos ver, el modelo SAMR puede ayudarnos a ser más conscientes y decididos sobre cómo utilizamos los medios y la tecnología digitales. Hay que tener en cuenta que no hay nada inherentemente malo en la tecnología; muchas veces, utilizarla tiene sentido, ya sea por cuestión de tiempo o simplicidad.

Pero si mi plan de estudios está repleto únicamente de integración tecnológica y de medios que simplemente sustituyen a los medios tradicionales, entonces deberíamos cuestionarnos algunas cosas: ¿Es efectivo para el aprendizaje de mis estudiantes? ¿Y podría ser perjudicial para que haya un equilibrio saludable de los medios en mis clases?

No olvides que la tecnología debe aportar valor añadido y ocupar un tiempo muy limitado en las aulas, si queremos que sea realmente efectiva.