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Enseñar a nuestro hijo a ser resolutivo

En este artículo vamos a abordar un problema que parece fácil, pero no lo es: ¿cómo enseñar a resolver los problemas que les surgen a los niños en la vida cotidiana? Las mamás y los papás tienden instintivamente a proteger, a veces demasiado, a sus hijos, lo que a menudo resulta en que ellos ocupen su lugar, pero esa no es la solución adecuada.

Lo que queremos es enseñarles el camino para que acaben resolviendo ellos solos el problema y eso significa infundir confianza o mejorar la autoestima. Esto se consigue enseñándoles un método, mostrándoles el camino a seguir. Esta es la tarea más difícil para los padres: aprender a conducir, manteniéndose cerca, pero sin tomar el mando.

Hoy en día, cada vez con mayor frecuencia, las escuelas transmiten mucha información, en consonancia con una sociedad que prevé flujos de comunicación rápidos y de múltiples fuentes.

Se pierde, en cambio, el verdadero sentido de la enseñanza, el desarrollo de esa inteligencia social que exige un esfuerzo creativo a la hora de procesar la información y hacerla propia. Lo mismo ocurre cuando estamos a punto de resolver un problema: tenemos que procesar la información de que disponemos, analizar el contexto.

¿Cómo se resuelve un problema?

Intentemos comprender juntos cómo afrontar los problemas, dejando la debida autonomía a los más pequeños en la experimentación y manteniendo al mínimo nuestra implicación directa. La resolución de problemas se caracteriza por seis fases que cada uno de nosotros pone en práctica, de forma más o menos consciente. Los enumeramos a continuación, pueden ser un punto de partida para “organizar el trabajo”.

  • ¿Crees que entiendes bien el problema? ¿Estás listo para pensar en posibles soluciones?
  • ¿Crees que te has quedado sin posibles soluciones? ¿Tienes suficientes ideas para empezar a evaluar?
  • Me parece que sabes cuál es la mejor solución.
  • ¿Crees que prefieres alguna de las soluciones propuestas?
  • Ahora que has elegido la mejor solución, ¿qué debes hacer para ponerla en práctica?

Ahora piensa cómo sabrás si tu solución realmente funciona. Quizás quieras fijar un tiempo para evaluar si tu decisión fue buena.

Entonces recuerda una cosa fundamental: los niños no siempre te piden ayuda porque quieren ayuda. Muchas veces lo hacen para animarse, para sentirse apoyados por vuestra confianza. Acostúmbrate a escucharles y animarles a hacerlo ellos mismos, sin abandonarles nunca. De esta manera se sentirán aceptados y avanzarán cada vez más rápido hacia la obtención de su independencia.

En términos generales, la resolución de problemas es uno de los componentes cognitivos que utilizamos cuando nos enfrentamos a un problema, junto con la búsqueda de problemas y la formulación de problemas. A menudo, sin embargo (por razones de simplicidad y formación) se utiliza el término resolución de problemas para indicar la suma de todos estos componentes.

Para resolver un problema de forma efectiva se necesita a partes iguales lógica y creatividad y, sobre todo, la capacidad de desarrollar una estrategia.

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Enfoques para la resolución de problemas

Solución estratégica de problemas

Diseñado por el profesor Giorgio Nardone, psicólogo y exponente de la escuela de Palo Alto (una de las escuelas psicológicas y psicoterapéuticas más importantes del mundo), este enfoque aborda el problema a partir de la composición y descomposición de sus elementos.

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La metodología PDCA, también conocida como ciclo de Deming , es uno de los enfoques más populares para la resolución de problemas. PDCA significa:

  • Planificar
  • Hacer (probar)
  • Verificar
  • Actuar (implementar)

Este modelo tiene la ventaja de ser intuitivo y eficaz y de tener un buen mecanismo de corrección: las fases Check y Act permiten “enderezar el tiro” en caso de que la fase de diseño no haya sido demasiado brillante.

El verdadero problema es identificar el problema

Cuando nos enfrentamos a un problema, es fácil pensar que el problema es encontrar una solución. Pero en realidad el verdadero problema es identificar el problema; Esto sólo es posible si somos capaces de descomponer sus elementos con la suficiente eficacia y creatividad para encontrar un camino alternativo.

El secreto, a veces, es dar un paso atrás: en lugar de buscar una solución al problema, primero debemos intentar mirar el problema desde diferentes puntos de vista. Para ello, puede ser muy útil ejercitar el pensamiento lateral.

Se procede de la siguiente manera:

  • Estás ante un problema; Antes de resolverlo, es necesario plantear el problema adecuadamente.
  • Imagínate cómo otra persona podría ver el problema, desde fuera.
  • Solemos interpretar los problemas en base a nuestros prejuicios, preconcepciones y muchas veces lo hacemos recurriendo a estereotipos; Es normal. Analiza los elementos del problema uno por uno y asegúrate de que no sean víctimas de tus preconcepciones.

Céntrate en estas palabras:

“Si sólo tienes un martillo, todas las soluciones tendrán forma de clavo”.
Bill Gates

El truco es pensar que un martillo podría ser mucho más que simplemente un martillo.