Cada uno de nosotros quiere que los demás escuchen lo que tenemos que decir atentamente y con el corazón. Por eso, la escucha activa es una de las metodologías más eficaces para construir relaciones positivas. Hoy os enseñamos estrategias para fomentar la escucha activa en los niños, pero en realidad, estos consejos son aplicables a toda la sociedad, ya que toda la sociedad necesita buenos oyentes.
Pero ¿qué significa escuchar activamente? A continuación, te presentamos cuatro características fundamentales para poder hablar de escucha activa:
La escucha activa es empática
Para comprender plenamente el mensaje de la otra persona, es necesario comprender también sus emociones y sentimientos. Las emociones son una parte integral de la comunicación y juegan un papel crucial en las interacciones sociales.
La escucha activa no juzga
Cuando escuchamos activamente no tenemos que ofrecer juicios, consejos y soluciones, a menos que nuestro interlocutor los solicite.
La escucha activa está por encima de las partes
Cuando escuchamos activamente, nuestro objetivo no es establecer si nuestro interlocutor tiene la razón. Todo lo necesitamos es un cambio de perspectiva y ponernos en su piel.
La escucha activa lleva tiempo
Sólo los que no tienen prisa pueden escuchar activamente.
Escucha activa en familia
¿Con qué frecuencia discutimos? ¿Cuántas veces pensamos que no nos entienden o que no entendemos del todo a nuestro interlocutor? Son sensaciones que experimentamos dentro y fuera de casa, pero no debemos sorprendernos ni preocuparnos.
En lugar de sentirnos frustrados, debemos aprender a implementar estrategias de comunicación efectivas, utilizando un método para poner a prueba en la vida cotidiana.
Si prestamos atención, los problemas de comunicación muchas veces surgen de un malentendido: hablar y comunicar son dos conceptos completamente diferentes. Hasta que no se perciba esta diferencia, resulta bastante complicado adoptar estrategias de comunicación encaminadas a conseguir el objetivo planteado.
Cuando gestionamos situaciones difíciles no podemos improvisar ni ponernos en un pedestal: debemos empatizar con quienes nos escuchan.
Nunca olvidemos una cosa muy importante: quienes nos escuchan son diferentes a nosotros, por eso es necesario entender cuál es la forma más válida de sintonizarnos. Sin combinar persuasión y capacidad de escucha no podremos optimizar el resultado pero, sobre todo, potenciar la riqueza de la discusión, a veces del desacuerdo, para mejorar ideas, propuestas y soluciones.
A continuación, te ofrecemos dos puntos a trabajar combinados, dos ejercicios muy sencillos para entrenarte y convertirte en un comunicador eficaz.
Hablar es fundamental, pero el punto fundamental es cómo comunicar
Uno de los grandes obstáculos de la comunicación es, como decían, la incapacidad de conectar con quienes nos escuchan. ¿Te suenan esas largas disputas con tus hijos? Aquí pueden transformarse en una oportunidad de discusión, superando los métodos clásicos de comunicación y las creencias limitantes que producen conflictos en la familia.
El primer punto es: ¿estoy realmente seguro de saber equilibrar ” lo que digo“, es decir, el contenido del mensaje, y ” cómo lo digo“?, es decir, ¿qué herramientas, además de las palabras elegidas, utilizo para dejar claro adónde quiero ir?
Intentemos primero reflexionar sobre la eficacia de nuestro mensaje: ¿estamos seguros de que estamos siendo lineales y utilizando correctamente las técnicas verbales y no verbales?
Pongamos un ejemplo: si digo que no, pero mi tono de voz no es firme y mi postura no es segura, pierdo parte del potencial comunicativo de mi mensaje.
Otro ejemplo: si regaño, o explico con más calma el motivo de un no, ¿hago un discurso lineal y decidido o dejo escapar la onda emocional?
EJERCICIO N. 1 – INTENTEMOS HACER STORYTELING
Para ayudarte a comprenderlo y trabajar en ti mismo, te proponemos un ejercicio de storytelling, es decir, una historia escrita, incluso en forma de notas, de un caso sucedido o de cómo te comportarías en una determinada situación.
Coge lápiz y papel e intenta escribir la historia, imaginando, por ejemplo, la última vez que discutiste. ¿Qué dijiste? ¿Cómo lo dijiste? ¿Has conseguido transmitir tus emociones, pero también tus motivos, al niño que te escucha? Con la cabeza despejada, ¿cambiarías algo?
Vuelve a leer tu escrito e intenta imaginar el mismo discurso de forma más lineal, intentando obtener la máxima implicación y consenso posible. En definitiva, intenta que tu comunicación sea efectiva.
La capacidad de escuchar: por qué es tan poderosa para una buena comunicación
Una estrategia de comunicación efectiva válida se basa en la voluntad de aceptar y vivir los cambios de manera positiva, construyendo un flujo de comunicación que sea simultáneamente ascendente y descendente.
Para realizar con éxito estas actividades es necesario crear una buena imagen desde el primer momento hacia las personas con las que entramos en contacto para conseguir nuestro objetivo, haciendo que el interlocutor se sienta a gusto. Muchas veces lo olvidamos, pero una de las mejores maneras de ser percibidos positivamente es centrarnos en los demás, incluso antes que en nosotros mismos.
EJERCICIO 2 – ESCUCHA ACTIVA
¿Sabemos realmente escuchar? Pongámonos a prueba con un ejercicio de escucha activa. Para escuchar, primero debemos estar disponibles hacia los demás, sean quienes sean y cualesquiera que sean los problemas de los que quieran hablarnos (obviamente dentro de los límites de una relación correcta y de una ética profesional), debemos tener una mentalidad abierta para comprender, aceptar y no evaluar. A menudo sentimos una necesidad abrumadora de responder o no escuchar si el tema no es de nuestro interés.
Probemos un ejercicio muy banal: damos tres minutos de pura atención a nuestro interlocutor, sin hacer absolutamente nada.
Si el niño nos está hablando, no pretendamos estar atentos, quizás haciendo otra cosa o respondiendo con monosílabos, sentémonos a su lado y escuchemos de verdad. Sólo así podremos realmente poner en práctica todo lo que nos sugiere nuestra inteligencia emocional.