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El tiempo frente a la pantalla durante la etapa infantil y adolescente

A medida que las innovaciones tecnológicas, como los móviles y los videojuegos, se han vuelto cada vez más comunes en las últimas décadas, los niños y jóvenes pasan cada vez más tiempo inmersos en estos dispositivos. Pero cada vez hay más evidencias de que pasar demasiado tiempo frente a la pantalla puede tener un impacto negativo en el desarrollo de sus mentes y cuerpos.

Si bien el impacto del acceso sin restricciones es negativo, existen circunstancias en las que el tiempo frente a la pantalla puede ayudar al niño a desarrollar ciertas habilidades. Y pasar un poco de tiempo, siempre con control parental, frente a un dispositivo puede, de hecho, ayudar a mejorar su salud mental.

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¿Cómo ha cambiado el uso del tiempo frente a la pantalla entre los jóvenes?

Hoy en día, los adolescentes pasan un promedio de ocho horas al día frente a las pantallas, dos horas más que en 2015.

Los preadolescentes (niños de 8 a 12 años) pasan aproximadamente 5 horas y media diarias en dispositivos, una hora más que hace una década. Esto significa que algunos jóvenes pasan la mitad de su tiempo frente a una pantalla. Su uso se disparó en 2019, justo antes de que la pandemia de COVID-19 comenzara a extenderse.

Al menos la mitad de esas horas se pasan frente al televisor, no solo en teléfonos o tabletas.

¿Cuáles son las recomendaciones sobre el tiempo de pantalla para niños y adolescentes?

  • Menores de 18 meses: No pasar tiempo frente a la pantalla.
  • De 18 a 24 meses: Solo medios educativos de alta calidad con participación de los padres.
  • De 2 a 5 años: No más de una hora al día.
  • A partir de los 5 años: No más de dos horas al día, mientras se conversa con un padre o familiar sobre lo que se está viendo.
  • Preadolescentes y adolescentes: es importante equilibrar el tiempo frente a la pantalla con la actividad física y los hábitos saludables ya que pueden repercutir en la salud mental, el rendimiento académico y las habilidades sociales.

En lugar de que los niños pasen las horas mirando pantallas, los expertos sugieren algunas alternativas simples y apropiadas para su edad como jugar a pelota, ir en bicicleta, hacer las tareas de la casa, bailar, escuchar música o sacar a pasear al perro.

¿Cuál es el papel de la presencia de un adulto durante el tiempo frente a la pantalla?

Limitar el tiempo frente a las pantallas no es suficiente para amortiguar sus efectos. También es importante que los adultos participen activamente, especialmente con los niños pequeños.

Los estudios en general demuestran que hay una mejora clara del aprendizaje cuando hay presencia física de un adulto.

En el caso de los niños menores de 18 meses, los investigadores analizaron si incluir tiempo frente a una pantalla junto con la supervisión de un adulto puede afectar el desarrollo.

Lo que descubrieron fue que tener la televisión de fondo tenía un efecto muy negativo en los bebés y en su desarrollo del lenguaje. Cuando había televisión de fondo, los padres tendían a hablar menos. Solían ser más pasivos en sus interacciones con sus hijos cuando la televisión estaba encendida.

Esto ocurría especialmente con los muy pequeños, incluso si no estaban viendo directamente la televisión. Y cuando el televisor estaba encendido, distraía mucho a los bebés.

A medida que los niños comienzan a desarrollar habilidades motoras, pueden mostrar signos del “efecto de déficit de video”, en este experimento demostraron que los niños tardaban el doble en aprender o imitar una acción si se presentaba en video en lugar de en persona. También mostraron una falta de desarrollo en las habilidades sociales.

Cuando se les pedía que reprodujeran esa acción, no podían hacerlo en la vida real y es así como empezaron a darse cuenta de que quizás estos videos se categorizaban más como un concepto imaginario que como un concepto del mundo real, y por tanto, afecta a su desarrollo.

En conclusión, los bebés deben mantenerse alejados de los dispositivos electrónicos sin que los adultos ayuden a interpretar lo que ven.

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¿Cómo afecta el tiempo frente a la pantalla a las habilidades lingüísticas?

Los niños mayores (de 12 a 24 meses) que pasan dos horas diarias frente a un monitor presentan una probabilidad hasta seis veces mayor de presentar retraso en el lenguaje. Y los problemas se agravan si empiezan a interactuar con dispositivos electrónicos antes.

Los estudios muestran que los riesgos de retraso en el lenguaje son peores si los niños comienzan a pasar tiempo frente a una pantalla antes de los 12 meses de edad.

Pero hay indicios de que a medida que los niños comienzan a desarrollar una mejor comprensión del mundo que los rodea (alrededor de los 17 meses), pasar tiempo con contenido educativo en presencia de un adulto puede ayudarlos con el desarrollo del vocabulario.

Es importante destacar que no todo el tiempo que pasan frente a una pantalla es igual. Algunas investigaciones preliminares muestran que los dispositivos táctiles, como las tabletas, pueden tener un impacto más positivo en el desarrollo que los dispositivos pasivos como la televisión. Sin embargo, esto también requiere la guía activa de un adulto y material educativo de alta calidad. Lo que importa es la calidad y no la cantidad.

¿Cuándo es adecuado que los niños pasen tiempo frente a la pantalla?

Para los niños de 2 a 5 años, el panorama se vuelve un poco más confuso, pero, en general, a esta edad existen muchos peligros asociados con el tiempo que pasan frente a la pantalla.

Exponer a los niños de esta edad a dos o tres horas de tiempo frente a la pantalla muestra una mayor probabilidad de problemas de conducta, vocabulario deficiente y retrasos en el desarrollo. Y esto se agudiza más en el caso de los niños con necesidades especiales.

Pero hay algunas circunstancias en las que puede tener un impacto positivo. Los programas diseñados específicamente para educar a los niños pueden ayudar a mejorar su preparación escolar, incluso sin la presencia de un adulto.

En cuestiones como números, letras, colores, formas, tamaño y espacio, tendían a obtener puntuaciones más altas que sus compañeros que veían la televisión.

Algunas investigaciones también indican que el tiempo dedicado a la pantalla con fines educativos pueden mejorar las habilidades sociales y lingüísticas, especialmente en hogares con bajos ingresos. Esto podría deberse a que estos hogares anteriormente tenían un acceso más limitado a material de aprendizaje.

Existen estudios que demuestran que los niños pueden reaccionar de forma diferente a la estimulación electrónica que las niñas a esta edad. Por ejemplo, pasar más tiempo viendo televisión a los 4 años resultó en un menor nivel de comprensión emocional en las niñas. Asimismo, los estudios demostraron que el tiempo dedicado a los videojuegos también resultó en una menor comprensión emocional en los niños.