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Trastornos específicos del aprendizaje: el TDAH

Según lo que hoy sabemos, un 30% de niños hiperactivos tienen trastornos de aprendizaje. A consecuencia de ello y su falta de atención sostenida, presentan más posibilidades de fracasar en el colegio.

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), sabemos que puede ser de tipo inatento o falta de atención, de tipo hiperactivo y/o mixto. También hay niños con déficit sólo de atención y que no presentan hiperactividad, pero pasan mucho más desapercibidos que aquellos que son además hiperactivos pues sus síntomas (TDA), son menos exagerados.

Con frecuencia, el niño con TDAH, pasa inadvertido porque no da guerra, no se hace notar, va evolucionando con problemas de aprendizaje, sin que nadie caiga en la cuenta de que es un niño TDAH. Desgraciadamente, pasan muchos años sin averiguar que su problema está en su déficit de atención y por eso fracasa.

En otros casos, presentan bastantes síntomas disléxicos de distinto nivel, porque ya sabemos que los niños con TDAH, siempre desarrollan síntomas disléxicos en general, que no dejan de ser una dificultad en el aprendizaje.

La Dislexia

La dislexia, puede tener varias manifestaciones, las cuales sean de una u otra clase, impedirán un buen pronóstico para aprender al ritmo de los demás. Si la dislexia se centra en problemas de escritura y de lectura, nos ralentizarán el proceso de aprendizaje y comprensión oral y escrita de la lengua, y en general de todas las materias escolares, ya que el 80% de ellas tienen una base lingüística. Aunque aparezcan en nivel leve, no lo dudemos, inciden muy significativamente en el aprendizaje.

La discalculia

Si la dislexia se centra en los números, en las matemáticas (discalculia), nos impedirá llevar un ritmo normal de aprendizaje respecto al grupo y necesitaremos una ayuda especial. Estos problemas que vienen inherentes al cuadro TDAH, hacen que el niño hiperactivo no domine las técnicas instrumentales básicas (lectura, escritura y cálculo).

discalculia

Todas estas causas están entremezcladas a distintos niveles en todos los niños hiperactivos. Es normal que tengan mayores dificultades y al mismo tiempo se agoten mucho más y ofrezcan mayor resistencia a llevar una disciplina de trabajo conforme  a su nivel de edad y escolaridad. Todo esto, sin la ayuda necesaria, favorece el fracaso escolar.

¿Y si lo llevo a una academia que le enseñen métodos para aprender a estudiar? Todo alimento cognitivo que sea sobreañadido, y le pueda servir a solucionar sus dificultades con mayor solvencia, bienvenido sea. Pero tienen que saber los padres que, aunque todo ayude, muchos de los apoyos que les demos no resuelven por sí solos el problema de falta de atención, de impulsividad y de no parar quietos durante mucho tiempo.

Pero sin duda, que un método para saber estudiar, saber resumir, diferenciar lo importante de lo superfluo, saber subrayar, obtener mejores resultados académicos, siempre son a largo plazo, así que no te desesperes y te culpes pensado en cuanto tiempo has perdido para nada. Los milagros en este campo no existen si no son con esfuerzo y disciplina, poco a poco y, con muchas dosis de paciencia y esfuerzo evolucionará positivamente.

Evaluar el problema

Para todo esto es necesario un análisis de porqué el niño fracasa o porqué no avanza conforme cabría esperar. Necesitamos profesionales cualificados en el centro escolar y si no los hubiera, acudir a centros especializados, que nos ayuden a hacer un análisis de la situación. No podemos esperar al tercer cuatrimestre para echarnos las manos a la cabeza cuando el tiempo de la ayuda ya ha pasado.

Viendo la evolución de las notas escolares, tenemos que averiguar cuál puede ser el problema que se esconde tras las notas del primer trimestre. Una vez llevado a cabo ese análisis o diagnóstico, se diseñará un plan de intervención con objetivos concretos y donde toda la comunidad escolar esté implicada. Con este análisis de sus dificultades académicas y con un programa de apoyo y refuerzo, los resultados del niño serán siempre más positivos, y sobre todo su autoestima aumentará positivamente cada vez que obtenga buenos resultados.

Cuando nuestro estudiante tiene un trastorno del aprendizaje por déficit de atención y además “no para”, nuestro diagnóstico y tratamiento debe estar encaminado a una ayuda individual y específica, si no, el fracaso escolar coronará su evolución año tras año.

Fuente: Libro 500 preguntas y respuestas sobre la hiperactividad (TDAH). Autor: Emilio Garrido Landívar.

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