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¿Cómo enseñar las unidades de medida a tus hijos?

Una unidad de medida convencional ofrece un punto de referencia que permite describir objetos en términos de peso, longitud o capacidad. A pesar de que la medición es un aspecto crucial de la vida diaria, los niños no entienden de manera innata que existen múltiples maneras de medir las cosas.

Unidades de medida convencionales y no convencionales

Una unidad de medida convencional es un lenguaje cuantificable que facilita a todos entender la relación del objeto con la medida. Se articula en centímetros, metros y kilogramos en el sistema métrico. En este mismo sistema, el volumen se cuantifica en mililitros y litros.

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Por otro lado, una unidad de medida no convencional puede variar en términos de longitud o peso. Por ejemplo, las canicas no son confiables para establecer el peso de algo debido a que cada canica tiene un peso distinto al de las demás. De la misma forma, un pie humano no puede ser usado para determinar la longitud ya que el tamaño del pie varía de persona a persona.

Unidades de medida estándar y niños

Los niños muy pequeños pueden entender que los términos “peso”, “altura” y “volumen” están vinculados con la medición. Sin embargo, les tomará un tiempo entender que para comparar y contrastar objetos o para construir a escala, todos necesitan un punto de referencia común.

Para empezar, explícale a tu hijo por qué es necesaria una unidad de medida estándar. Por ejemplo, es posible que tu hijo entienda que tiene un nombre, al igual que sus parientes, amigos y animales de compañía. Sus nombres sirven para identificarlo y demostrar que es una persona. Al caracterizar a un individuo, el empleo de descripciones, tales como “ojos azules”, contribuye a detallar las particularidades de la persona.

Los objetos también tienen una denominación. Una identificación y descripción más precisa del objeto se puede obtener mediante unidades de medida. “El sofá largo”, por ejemplo, puede aludir a un sofá de determinada longitud, pero no especifica su medida exacta. “El sofá de dos metros” es mucho más preciso. No obstante, esto es algo que los niños irán adquiriendo con el paso del tiempo.

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Un experimento de medición no convencional

Puedes emplear dos elementos que tengas en tu hogar para ilustrar esta idea: una sofá y un libro. Tanto tú como tu hijo podéis participar en este experimento de medición.

Con la mano extendida, calcula la longitud del sofá en palmos. ¿Cuántas palmos de tu mano requieres para abarcar la longitud del sofá? ¿Cuántos palmos de tu hijo?

Es posible que note que la cantidad de palmos necesarios para medir los objetos es diferente a la cantidad de palmos que tu necesitaste para medirlos. Esto se atribuye a que las manos varían en tamaño, por lo que no se está empleando una unidad de medida uniforme.

Para el objetivo de tu hijo, medir la longitud y la altura con palmos, o usar monedas en una balanza casera, puede funcionar bien, pero estas son medidas no estándar.

Un ensayo de medición convencional

Una vez que tu hijo entienda que los palmos son medidas no convencionales, instrúyele sobre la relevancia de las unidades de medida convencionales.

Por ejemplo, puedes enseñarle una regla de 20 cm. Al principio, no te preocupes por el vocabulario ni por las medidas más pequeñas que indica la regla, sino solo por el concepto de que esta regla mide “20 cm”. Dile que las personas que conoce (abuelos, maestros, etc.) pueden usar una regla igual para medir cosas de la misma manera.

Deja que tu hijo mida el sofá de nuevo. ¿Cuántos cm tiene? ¿Cambia cuando la mides tú en lugar de tu hijo? Hazle entender que no importa quién realice la medición, todos obtendrán el mismo resultado.

Desplázate por tu hogar y mide objetos parecidos, como la televisión, la mesa o la cama. Después, ayuda a tu hijo a medir su estatura, la tuya y la de cada integrante de tu familia. Estos objetos conocidos ayudarán a contextualizar la relación entre la regla y la longitud o la altura de los objetos.

Conceptos como el peso y el volumen pueden llegar más tarde y no son tan fáciles de introducir en los niños pequeños. No obstante, la regla es un elemento palpable que se puede llevar de manera sencilla y emplear para dimensionar objetos de mayor tamaño que se encuentren en nuestro entorno. Muchos niños incluso llegan a considerarla un juego divertido.