¿Alguna vez has estado en clase, has mirado a tus alumnos y los has pillado mirando al vacío?
Justo cuando crees que has creado el plan de clase perfecto o una actividad interesante, quizás descubras que tus alumnos están desconcentrados o fuera de onda. Por difícil que pueda ser, es esencial descubrir cómo hacer que la enseñanza sea más interesante y eficaz para que tus alumnos puedan absorber y retener la información que presentas.
No existe un único método de enseñanza que sea el más eficaz. Durante décadas, los educadores han probado nuevas estrategias de enseñanza para mantener a los alumnos interesados y entusiasmados con el aprendizaje. Aunque algunas estrategias han fracasado, otras han demostrado ser bastante eficaces.
Hoy te enseñamos 10 formas probadas por docentes para que la clase sea interesante y para que los alumnos se mantengan con interés todo el tiempo (o al menos la mayor parte del tiempo).
Aprender puede ser lo más divertido para tus alumnos cuando existe un toque de incertidumbre. Intenta incorporar la sorpresa y misterio a tus clases. Cuando estés a punto de explicar una nueva lección, dales una nueva pista cada día hasta el último día antes del comienzo de la clase.
Esta es una forma divertida para hacer que tu lección sea misteriosa y posiblemente descubras que tus alumnos están ansiosos por descubrir qué aprenderán.
Es apropiado y esencial repasar el material de clase, pero intenta no repetirlo al pie de la letra, porque hace que sea menos interesante. La próxima vez que tengas que repasar material, intenta hacerlo a modo de juego y en el que presentes la información de una manera diferente a la primera vez que se lo enseñaste.
Por ejemplo: La estrategia 3-2-1 es una forma divertida de repasar y no repetir el material. Para esta actividad, los alumnos dibujan una pirámide en sus cuadernos y escriben tres cosas que aprendieron, dos cosas que pensaron que fueron interesantes y una pregunta que aún tienen.
Los juegos también son una excelente manera de hacer que las clases sean interesantes. Si tus alumnos necesitan repasar ortografía, organiza un concurso en el que los participantes queden eliminados cuando escriben mal una palabra. O si tienen que practicar matemáticas, organiza un concurso con problemas. Los juegos hacen que el aprendizaje sea divertido y en clase son una receta para niños felices.
Una estrategia que los profesores han comprobado que es eficaz es ofrecer a los alumnos la posibilidad de tomar sus propias decisiones en lo que respecta al aprendizaje. La elección puede ser un motivador poderoso porque ayuda a fomentar el interés y la independencia de los alumnos.
La próxima vez que plantees una actividad, haz un tablero con opciones. Imprímelo y escribe nueve tareas diferentes para que los alumnos las completen. El objetivo es que cada alumno elija tres tareas seguidas.
La tecnología es una buena manera de hacer que las clases sean interesantes. A los niños les encantan los dispositivos electrónicos, así que puedes probar a incorporarlos a tu estrategia de enseñanza.
En lugar de estar de pie frente al aula y dar una conferencia, utiliza una pantalla interactiva. También puedes ampliar tus clases conectando a un aula en otra ciudad o país a través de videoconferencia. Utiliza la tecnología de diversas maneras y verás que el nivel de interés en el aula aumenta a pasos agigantados.
Ser un profesor eficaz es un trabajo importante, pero eso no significa que tengas que mantenerte serio en clase todo el tiempo. Intenta relajarte un poco y reconoce que tus alumnos pueden tener intereses y estilos de aprendizaje diferentes a los tuyos. Está bien reírte de ti mismo a veces y divertirte un poco. Es posible que descubras que tus alumnos están más interesados cuando estás más relajado.
En un aula tradicional, el profesor se sitúa delante del aula y da una clase a los alumnos mientras estos escuchan y toman notas. Ya sabemos que esta no es la forma más eficaz de mantener el interés…
Haz que el aprendizaje sea interactivo creando lecciones prácticas que involucren a los alumnos en cada paso del proceso. Prueba a utilizar actividades en las que cada alumno es responsable de su propia parte de una actividad grupal, o prueba con un experimento científico práctico. Cuando involucras a los alumnos y haces que tus lecciones sean interactivas, tu clase se vuelve más interesante.
Intenta crear una conexión real con lo que tus alumnos están aprendiendo. Esto les permitirá comprender mejor por qué necesitan aprender lo que les estás enseñando. Si te preguntan constantemente por qué necesitan aprender algo y siempre respondes “porque sí”, pronto perderás credibilidad.
En lugar de eso, intenta darles una respuesta real como, por ejemplo, “Estás aprendiendo sobre el dinero porque en el mundo real necesitarás saber cómo comprar comida y pagar las facturas”. Al darles una respuesta directa, los estás ayudando a hacer una conexión entre lo que están aprendiendo en clase y cómo usarán esta información en el futuro.
Haz que los alumnos aprendan algo en casa y luego sean ellos los que tengan que explicarlo en clase. Los estudiantes en una clase invertida pueden trabajar a su propio ritmo y relacionarse con sus compañeros de una manera más interactiva.
Los planes de clase no tienen por qué incluir hojas de trabajo o conferencias en las que los estudiantes se sienten y tomen apuntes una y otra vez.
Trata de pensar de manera original y planifica una clase que sea completamente fuera de lo común. Invita a un experto en la materia, realiza una excursión o haz la clase al aire libre.
Cuando pruebas algo nuevo y diferente, hay una buena posibilidad de que tus estudiantes respondan positivamente.
Al planificar una clase, intenta colaborar con otro maestro o llévalos a una excursión virtual. El aprendizaje que involucra a los estudiantes es el más efectivo y hace que la clase sea interesante. A tus alumnos les resultará más interesante aprender cuando les presentes el material de diversas formas creativas.
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